• Reducir los accidentes de tránsito y mejorar la seguridad vial a través de estrategias integrales.
• Fomentar una cultura de seguridad vial dentro de las organizaciones.

• Diagnóstico de riesgos: Evaluación inicial para identificar los riesgos viales relacionados con las actividades de la organización.
• Formulación de objetivos: Establecimiento de metas claras para reducir la siniestralidad y promover la seguridad.
• Planes de acción: Desarrollo de programas específicos que incluyan capacitación, mantenimiento vehicular, y control operativo.
• Monitoreo y evaluación: Supervisión constante de la implementación del PESV para asegurar su eficacia y realizar ajustes si es necesario.

Impulsa la formación continua de los empleados en temas de seguridad vial, destacando su importancia como parte fundamental de la cultura corporativa.

• Multas económicas: Se imponen sanciones monetarias a las organizaciones que no cumplan con la implementación y seguimiento del PESV.

• Suspensión de actividades: En casos graves, la autoridad competente puede ordenar la suspensión temporal de actividades relacionadas con el transporte hasta que se cumpla con la normativa del PESV.

• Revisión y auditorías obligatorias: Las empresas pueden ser sometidas a revisiones más rigurosas y frecuentes por parte de las autoridades de tránsito, lo que puede resultar en mayores costos operativos.

• Responsabilidad legal: En caso de accidentes o incidentes donde se demuestre que la falta de un PESV adecuado contribuyó a la siniestralidad, la organización puede enfrentar responsabilidades legales adicionales, incluyendo demandas civiles o penales.