La capacitación en seguridad laboral es clave para proteger a los trabajadores y fomentar una cultura de prevención de riesgos en las organizaciones.
A través de esta formación, los empleados aprenden a identificar y gestionar peligros, a adoptar comportamientos seguros y a responder de forma adecuada en situaciones de emergencia. Además, es una herramienta poderosa para reducir la incidencia de accidentes y enfermedades laborales, protegiendo tanto a los trabajadores como a la empresa de pérdidas y sanciones.
Una capacitación bien estructurada ayuda a las organizaciones a cumplir con normativas legales, como la ISO 45001 o el Decreto 1072 en Colombia, y contribuye a una mejora continua en la gestión de seguridad.
Sin embargo, la capacitación en seguridad no debe ser solo un requisito a cumplir; debe ser relevante, atractiva y efectiva para que realmente impacte en el comportamiento de los empleados.
La capacitación tradicional en seguridad suele depender de presentaciones con diapositivas y exposiciones teóricas, las cuales pueden ser percibidas como monótonas y poco efectivas por los trabajadores. Esto presenta varios desafíos:
Falta de interés: Muchos trabajadores ven estas sesiones como una obligación más que como una oportunidad de aprendizaje. La asistencia es obligatoria, pero el interés y la retención del conocimiento suelen ser bajos.
Aprendizaje pasivo: La formación basada solo en presentaciones no permite que los trabajadores participen activamente. Esto limita la retención del conocimiento y hace que el aprendizaje sea menos efectivo.
Falta de conexión con la realidad laboral: Muchas veces, la información presentada en estas sesiones no se relaciona directamente con las tareas diarias de los empleados, lo que dificulta que comprendan cómo aplicar lo aprendido en su entorno de trabajo.
Para superar estos retos, es crucial adoptar métodos de capacitación innovadores que promuevan la participación activa y el aprendizaje experiencial, logrando que los empleados internalicen los conceptos de seguridad de una manera duradera y aplicable.
La gamificación consiste en utilizar elementos de juego para crear experiencias de aprendizaje atractivas y motivadoras. A través de la gamificación, se fomenta la participación de los trabajadores, se incrementa su compromiso y se mejora la retención de la información. Por ejemplo, se pueden crear concursos, trivias o competiciones en equipos para reforzar conocimientos de seguridad.
La realidad virtual y aumentada permite a los trabajadores experimentar escenarios de riesgo en un entorno seguro y controlado. A través de simulaciones, pueden practicar respuestas a emergencias, aprender a operar maquinaria o identificar peligros específicos en su lugar de trabajo, mejorando su capacidad de respuesta sin riesgos reales.
Una de las metodologías más efectivas es el aprendizaje experiencial, donde los trabajadores aprenden mediante la práctica. Por ejemplo, un formador puede llevar a los trabajadores a la planta y guiarlos en la identificación de riesgos y en la implementación de medidas de prevención en tiempo real.
Herramientas simples, como globos o juegos de cartas, pueden tener un impacto positivo en la capacitación. Un ejemplo es el uso de globos para ilustrar cómo la seguridad es responsabilidad de todos en la empresa: si todos lanzan globos a una sola persona (el técnico de seguridad), será difícil que los mantenga en el aire, demostrando la importancia de un esfuerzo compartido.
Herramientas como Kahoot permiten crear cuestionarios interactivos que fomentan la competencia sana y el trabajo en equipo, reforzando el aprendizaje. Estas plataformas tecnológicas son accesibles y fáciles de implementar, y ayudan a que los empleados participen activamente mientras evalúan sus conocimientos.
Para que la capacitación en seguridad sea efectiva, es esencial planificar y estructurar cada sesión en función de objetivos claros y específicos. A continuación, algunos consejos prácticos:
Antes de iniciar cualquier capacitación, es fundamental definir qué se espera lograr. Pregúntate: ¿Qué comportamiento quiero que los empleados cambien o refuercen? ¿Qué riesgos específicos deben comprender y manejar?
No todas las herramientas funcionan para todos los temas. Si el objetivo es enseñar respuestas rápidas ante emergencias, la realidad virtual puede ser útil; si se trata de reforzar conceptos generales, Kahoot o trivias pueden ser ideales.
Permitir que los empleados participen activamente, por ejemplo, identificando riesgos en su propio entorno, ayuda a que internalicen mejor los conceptos. Esto también genera un sentido de responsabilidad compartida hacia la seguridad.
Alternar entre la teoría y la práctica es esencial. Una parte de la capacitación puede consistir en revisar conceptos básicos, y luego pasar a un ejercicio práctico en el lugar de trabajo o a una simulación en la que puedan aplicar esos conocimientos.
Realizar evaluaciones al final de la capacitación, o implementar cuestionarios y actividades gamificadas, permite medir la efectividad de la sesión y obtener retroalimentación para futuras mejoras.
Fomentar un ambiente donde los empleados se sientan cómodos para participar y expresar sus dudas y experiencias personales contribuye a una capacitación más enriquecedora. La seguridad no debe sentirse como una obligación, sino como una cultura compartida.
La tercerización del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SGSST) permite que expertos se encarguen de gestionar la seguridad laboral, asegurando eficiencia y cumplimiento normativo.
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