Auditar el Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST) es clave para medir su efectividad y cumplimiento. No solo es un requisito en muchas normativas, sino también una oportunidad para detectar áreas de mejora que garanticen un entorno seguro para todos. Con una auditoría bien estructurada, se pueden identificar riesgos, deficiencias y oportunidades de mejora que pueden marcar la diferencia en la prevención de accidentes.
En el contexto del SG-SST, existen varios tipos de auditorías, cada una con un propósito específico:
Realizada dentro de la misma organización o por un auditor contratado, permite revisar los procedimientos y registros para cumplir con los estándares de seguridad internos. Es la auditoría mínima requerida en muchos países.
Este tipo de auditoría la efectúan clientes o socios comerciales para asegurar que sus proveedores cumplen con los estándares necesarios en seguridad laboral. Es crucial en industrias que manejan altos riesgos.
Llevada a cabo por organismos externos, como empresas de certificación, evalúa el SG-SST en su totalidad para obtener una certificación oficial, como la ISO 45001. Proporciona un sello de calidad que confirma que la empresa cumple con los estándares internacionales de seguridad.
Estos documentos complementan los procedimientos y ofrecen detalles específicos sobre la ejecución de tareas de seguridad. Algunos ejemplos incluyen:
Una auditoría que realmente aporte valor debe ser:
Seguir un proceso detallado es crucial para llevar a cabo una auditoría que genere valor y resultados. Aquí algunos pasos esenciales:
Es fundamental establecer qué áreas del SG-SST serán evaluadas y con qué propósito. ¿Se auditarán todos los procesos o solo algunos específicos? Definir esto ayuda a concentrar esfuerzos y a obtener resultados precisos.
Antes de realizar visitas a las instalaciones, es recomendable revisar documentos clave como políticas de seguridad, procedimientos de respuesta a emergencias y registros de incidentes. Esto permite al auditor tener una visión clara de los puntos que requieren atención.
Durante la auditoría, el auditor debe observar los procesos y conversar con el personal involucrado. Esta fase ayuda a comprobar si los procedimientos documentados se aplican realmente en el día a día y si los empleados están capacitados para manejar riesgos específicos.
Es importante distinguir entre observaciones (oportunidades de mejora) y no conformidades (incumplimientos claros). Una auditoría efectiva se enfoca en hallar información que sea accionable y significativa para la empresa, ayudando a establecer prioridades de mejora.
Es útil basarse en criterios clave para realizar una auditoría completa. Algunos de los criterios comunes incluyen:
Cada hallazgo debe ser investigado a fondo, verificando si existen causas raíz y analizando posibles soluciones. Por ejemplo, un accidente recurrente en un área específica podría indicar fallas en los controles de seguridad o la falta de capacitación del personal.
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